El porqué de este blog

Llevo dándole vueltas desde hace tiempo a esa frase tan conocida de «hay que hacer tres cosas para que tu vida sea plena: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro». Yo creo que el objeto de esa frase no es otro que el de alcanzar esa plenitud al dejar tu aportación a la comunidad en tres dimensiones diferentes: el árbol como símbolo de todo lo que la tierra te ha dado y de cómo lo devuelves para que sea sostenible, un hijo como el legado más propio que puede dejar un ser humano y un libro como una manera de compartir todo el conocimiento que vas adquiriendo a lo largo de tu vida para que pueda aprovecharlo el resto de la gente.
La verdad es que el dicho se atribuye a un escritor cubano llamado José Martí y, a pesar de que he buscado su significado por si me estaba columpiando demasiado, he encontrado muchas interpretaciones sin encontrar una respuesta clara (no  voy a negarlo, no me ha convencido para nada la mejor respuesta elegida por yahoo answers…) No obstante, y como todas van en direcciones similares, me permito el lujo de dar por buena esta interpretación libre mía y continuar hablando (o escribiendo, en este caso) de «mi libro»:

A día de hoy esta frase está totalmente fuera de lugar en el mundo en el que vivimos: si salvamos el tema de la descendencia, que es la base de la supervivencia de toda comunidad, las otras dos están muy desactualizadas. Lo de plantar un árbol debería sustituirse por algo como «reforestar un bosque, abrir tres piscifactorías y financiar un proyecto eólico» para  poder compensar de alguna manera todos los recursos que has consumido a lo largo de tu vida.
Pero, por llegar al punto de la cuestión, lo de escribir un libro sobre alguna cosa que yo pueda aportar a esta sociedad me parece, cuanto menos, un objetivo bastante ambicioso. Ya me parece difícil que un servidor sea capaz de encontrar tiempo para escribir más de cien hojas de lo que sea por mucho que me apasione, pero que tenga la paciencia y tenacidad suficiente para llegar a acabar el proyecto a pesar de que te pueda llevar (teniendo en cuenta el tiempo libre disponible) varios años, es digno de admiración.
Pero lo que sí que es prácticamente imposible es que sea capaz de encontrar a alguien interesado en cientos de hojas con reflexiones sobre cualquiera de las frikadas sobre las que tengo alguna afinidad, más allá de mi mujer, mi familia y algún otro amigo movido más por las ganas de agradar que por las propias ganas de leer.
Ni yo mismo me veo capaz de acabar de leer semejante obra. Con la cantidad de información a la que estamos expuestos hoy en día y el poco tiempo para procesarla, os aseguro que aquellos temas sobre los que estoy dispuesto a leer un libro es porque me llaman verdaderamente la atención y, lo que es más importante, no existe una alternativa más económica para analizarlos. Porque procesar cualquier información siempre tiene un coste para el que la recibe que es el tiempo y esfuerzo dedicado a esa tarea. Si hasta hay veces que te da pereza escuchar hablar a alguien y es algo que se hace prácticamente sin esfuerzo!
A la gente le llama la atención cuando comento que, por regla general, no leo novelas ni historias narradas a no ser que me vayan a aportar algo que no puedo aprender de una manera más económica. Llegado este momento, he de confesarlo: Soy un paleto al que le cuesta leer una novela si sé que existe una película al respecto. De hecho diría que los pocos libros narrados que he leído en los últimos años han sido en inglés por eso de no darme la sensación de que estaba tirando mi tiempo a la basura.
Sin embargo, esto no significa que no lea…de hecho diría que leo mucho, dame un libro técnico del que pueda aprender (da igual el tema) y me harás el hombre más feliz del mundo (aunque reconozco que esto último hace cada vez más difícil  regalarme libros por navidad.)
La gente me suele contra-argumentar aludiendo a que la capacidad de imaginar lugares, situaciones,etc. que tiene un libro no lo posee ninguna película y eso hace que me pierda muchas cosas en función de la interpretación que haya hecho el director de la historia. Totalmente de acuerdo, pero las cosas que me pierdo me importan menos que las horas que gano para poder hacer otras cosas y, puestos a tener que recortar, qué mejor que el criterio de un director para llevar a cabo tal tarea? al fin y al cabo, es un profesional en la materia.
Por poner un ejemplo: Si en una hora se pueden leer unas 50 páginas, y Los pilares de la tierra tiene más de mil páginas, significa que me llevaría más de 20 horas dedicadas en exclusiva a leer el libro. Sin embargo, si me ofrecen ver la historia en una serie de 8 capítulos de una hora (que encima puedes hacer mientras compatibilizas con la cena), eso significa que tienes un ahorro de 12 horas, que son un 60%. Por eso Cuatro tuvo el mejor dato de su historia (por un producto que no fuera deporte) el día que estrenó la serie de Los pilares de la tierra, de los cinco millones de espectadores, dale que la mitad fueran unos paletos que nunca se llegaron a leer el libro… paletos pero tremendamente racionales.
Pero he de reconocer que la idea de compartir mis reflexiones en algún lugar de tal manera que pueda cumplir con esa dimensión divulgativa me apetece. Así que he decidido cumplirlo en pequeñas píldoras que a modo de posts iré dejando en este blog por si alguna de ellas pueda resultarte útil o interesante. Puedes hacer con este blog como si de un cocktail de frutos secos se tratase: échale un ojo de vez en cuando, y si ves algo te gusta devóralo hasta que te quedes saciado, que ya veremos si hay algún otro al que le gusten los dátiles o los kikos.

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