«La razón por la que Facebook pagó decenas de miles de millones de dólares por Whatsapp no es porque lo usemos tú o yo, es porque lo usa mi madre».
Esta afirmación que, sacada de contexto, podría significar que padezco de un complejo de Edipo escandaloso, es la que le dije yo a un amigo mío hace un tiempo cuando me trataba de convencer del próspero futuro de Telegram frente a Whastapp en los meses posteriores a la compra por parte de Facebook. Aunque la discusión fue hace ya tiempo siempre me gusta ponerla de ejemplo cuando a alguien le toca soportar oírme hablar del concepto de economías de red.